martes, 2 de febrero de 2010

Después de la tormenta

Ayer nos sorprendió, una vez más, el poder de las fuerzas de la naturaleza. Nos fascina y a la vez nos asusta. A pesar de la alerta naranja, la súbita descarga de agua, ciertamente previsible y esperada, nos pone a prueba la capacidad de resistencia, tanto de personas como de infraestructuras.

Valorar los daños nos ayudará a prepararnos mejor para la próxima eventualidad, pero no sólo mejorando las infraestructuras sino las conductas o comportamientos de la población ante situaciones de riesgo y emergencias.

Conocer cómo actúan los fenómenos naturales, y cuál es su poder destructivo es algo que se aprende en estos casos, desafortunadamente. Sin embargo, las simulaciones que realizan los expertos contribuyen a una mejor comprensión de los procesos, pero nunca una simulación representa fielmente la realidad.

"Lecciones aprendidas", a raíz de un desastre, es una frase muy pronunciada. No esperemos a ver las consecuencias sino que es recomendable pensarlas, repensarlas y valorarlas. Hacer una buena prevención se basa en esta premisa:"antes de que ocurra hay que estar preparado".

La educación para el riesgo, es un ámbito educativo que puede ofrecer un espacio para la reflexión y la preparación de la población para comprender estos eventos, sus consecuencias, y saber reaccionar . No basta con explicar a posteriori lo que ha ocurrido, para tranquilizar las conciencias, hay que comprenderlo en todas sus dimensiones, humana, económica,social, política, científica, ...individual y afectiva . El filósofo finlandés George Henrick Von Wright establece una diferencia entre la comprensión dónde hay intencionalidad, y la explicación donde no se requiere, aunque necesaria para la comprensión. Necesitamos comprender el evento para adaptar nuestra respuesta, o intención, a la magnitud del mismo y reflexionar sobre nuestra propia capacidad de respuesta o supervivencia.
Una educación más comprensiva y menos transmisiva y memorística, requiere espacios educativos flexibles, motivadores y sosegados para lograr un entorno de aprendizaje reflexivo.
Maite

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