miércoles, 11 de mayo de 2016

SILENCIO


Serenidad, quietud. Tomarse todo con cautela, sin atisbos de melancolía, ni pena ni rabia. Pasar desapercibido en un mundo de comparaciones superfluas. Andar erguido y a cuatro patas, demoledor examen de conciencia que siente el atropello, el abuso de poder, ... Elevar al cielo las plegarias, mandrágoras ascetas de reinos perdidos y paisajes deformes en contexto. Trueques y transacciones de poder, a espalda o de frente, que más da, al fin y al cabo despropósitos y fueras de juego. Concienciar y apostar por la conciencia, inclinarse para recoger lo que sobra, comer las migajas de la desesperación, alimentar los miedos y los desvaídos sin sentido ni equilibrio. Curtir el alma con betún de Judea, secar y proteger, mantener y conservar hasta los tiempos de los tiempos, romper el silencio y la calma y reposar. 

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