Hay que vaciar el alma para volver a sentir. Sentir la
plenitud del día, del amor y de la vida. Hay que volver a construir
ideales, borrón y cuenta nueva. Para hacer algo nuevo hay que tachar, volver a
construir, rehacer, volver a empezar; partir de cero no es posible, partir de
algo que ya no es, es más complejo, pero no imposible. Empezar a ser otro ser,
una mujer que ya no es lo que fue, perder para ganar otro status o forma de ser
o de estar o de relacionarse con el mundo. Un ser que cierra una herida y abre
otras. Un ser que ha perdido algo de su esencia. Dejar un hueco para llenarlo.
El amor que no se declara es y lo que es, es cierto, pero no menos cierto que
la propia realidad que lo adorna, lo reinventa o lo cambia. El amor es y ya
está. No tiene dobleces ni bordes ocultos. El amor es y ya está. Si lo tienes
es verdad. La gran verdad que te acompaña desde que existe y es. No siempre se
manifiesta con la misma intensidad. Pasa por momentos de oscuridad, no hay luz
para hacerle brillar pero ahí está. Esperando a que se pose el rayo y salga a
la luz para plantarse de cara y llenar tu vida. El amor es y estará siempre,
una vez que viene para quedarse permanece y el desgaste natural o su propia
degradación por los cambios estacionales no pueden hacerlo desaparecer. El amor
es y será. Siempre está contigo. La luz que lo hace brillar flaquea. Hay que
verlo en la oscuridad y aprender a reconocerlo con otros sentidos. El amor
huele, sabe, suena, vibra, se puede tocar y canta. Solo hay que estar al acecho
y atraparlo en los finos y sutiles hilos de la realidad.
Ya te lo dije tiempo atrás y hoy te lo reitero. Entre las reacciones que propones a tus escritos falta EMOTIVO (también me valdría CONMOVEDOR).
ResponderEliminarPon ahí mi cruz.
MYRIAM
Ja,ja,ja, ….Vienen por defecto, pero me alegro que te emocione. Gracias mi querida amiga
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