lunes, 30 de mayo de 2016

LA ÚLTIMA PÁGINA



Si tuviese la misión de escribir mi ultimo alegato y dejárselo a mis hijos, ¿qué les diría?

Les diría, que en la vida no hay fórmulas ni secretos, que solamente hay que vivirla y disfrutarla; que la vida te va dando lecciones y debes ir asumiendo lo que haces y decidiendo lo que no haces para sobrevivir en ella.

Si tuviese limitado el escrito a unas 120 palabras, comenzaría diciendo que lo más importante es sentirse bien con uno mismo, aplicar el principio de igualdad: lo que a mí me importa, importa a los demás, lo que a mí me molesta, molesta a los demás. Siempre pensar en las personas como una prolongación de cada uno y que hay que cuidarlas, respetarlas e intentar entenderlas, incluso a los que parecen nuestros enemigos o no amigos, intentar buscar las razones por las que no conectan con nosotros. Esto te da la verdadera felicidad, sentirte bien contigo y estar por encima, en un lugar teórico en el que todo es equidad y buen hacer, un lugar sin nombre, ni lideres.

Les diría, que la teoría es un ideal generalizado y que la práctica admite todos los cambios posibles. No ser inamovibles en sus pensamientos sino que estén en constante revisión por los cambios de humor, emociones y situaciones por las que un individuo va dibujando su trayectoria vital y va encontrando problemas que tiene que ir solucionando.

Les diría, que no hay mejor bien que la libertad de acción y que si queremos libertad hay que permitir que los demás también la tengan. Esta comprensión llega con la experiencia; que no luchen causas perdidas porque se pierden la propia vida y que, acuñar este término, ha sido y es una manipulación en toda regla; que no caigan en dejarse manipular y que todas las decisiones que realicen en la vida sean de verdad tomadas por ellos mismos sopesando los pros y los contras.

Les diría, que disfruten de la incertidumbre en la vida y que jueguen con ella. El destino está claro pero no pensar que está cerca sino siempre lejos. Qué paren en cada estación a ver el paisaje, que fluyan por la vida como cuerpos que flotan en un espacio real plagado de sorpresas y de bondades; que hay muchas personas interesantes que siempre quedarán por conocer y que hay que esperar y saber ver lo que hay detrás de cada una de ellas y de uno mismo.

Les diría, que todo tiene solución y depende de la actitud con la que se afronte. La solución pasa por ceder y por establecer un pacto mental contigo mismo. Tú mismo eres el mejor intermediario para resolver cualquier problema. Ver en el interior lo que se va fraguando en la trayectoria de la vida es la mejor aventura que podemos correr: Disfrutar de nuestros diferentes “yo” y aprender a gobernarlos, a dirigirlos y reorientarlos de acuerdo a las circunstancias.

Les diría, que estoy con ellos no porque les vea desde el espacio sino porque yo estoy en ellos, como ellos estuvieron siempre en mi desde que alumbraron al mundo.
Les diría, que siempre estaré ahí para ayudarles a tomar decisiones porque estoy en su memoria y ahí, cristalizada en los recovecos neuronales, saldré para ofrecerles ayuda, siempre y cuando ellos decidan hacerlo.

Les diría, que el hilo de la vida no se corta tan fácilmente, está en el ADN de cada célula. Somos materia viva y todos estamos hechos de lo mismo.

Les diría, que no se les olvide que, en cierta forma, todos pensamos igual como seres animados para la vida, que nacemos, crecemos, damos la vida (si queremos) y, de esta manera, prolongamos la vida.


Les diría, por último, que los quiero, les querré y me querrán eternamente.

miércoles, 11 de mayo de 2016

SILENCIO


Serenidad, quietud. Tomarse todo con cautela, sin atisbos de melancolía, ni pena ni rabia. Pasar desapercibido en un mundo de comparaciones superfluas. Andar erguido y a cuatro patas, demoledor examen de conciencia que siente el atropello, el abuso de poder, ... Elevar al cielo las plegarias, mandrágoras ascetas de reinos perdidos y paisajes deformes en contexto. Trueques y transacciones de poder, a espalda o de frente, que más da, al fin y al cabo despropósitos y fueras de juego. Concienciar y apostar por la conciencia, inclinarse para recoger lo que sobra, comer las migajas de la desesperación, alimentar los miedos y los desvaídos sin sentido ni equilibrio. Curtir el alma con betún de Judea, secar y proteger, mantener y conservar hasta los tiempos de los tiempos, romper el silencio y la calma y reposar. 

lunes, 9 de mayo de 2016

CATARSIS Y ANHELOS



Lúgubres esencias 
rezuman amor y odio. 
contradicciones, equilibrio, 
Naturaleza extinta

 Corazones rotos 
Hartos de bombear miseria, 
rotas las heridas,
 rotas sus tapaderas. 

Fragilidad y viento, 
arena y calma, 
lluvia y sosiego. 
En las entrañas.

Desnudar mentiras 
Mecer y mezclar, vaivén 
Llegar al caos, 
Volver a empezar 

Hadas que cuentan la alquimia 
guardianas de secretos 
Balbucean sortilegios
Nada en la nada 

Sabia elocuencia.
Camaleónicas palabras: 
Catarsis y Anhelos
Espacio y tiempo.



domingo, 8 de mayo de 2016

EL AMOR HUELE, SABE, CANTA



Hay que vaciar el alma para volver a sentir. Sentir la plenitud del día, del amor y de la vida. Hay que volver a construir ideales, borrón y cuenta nueva. Para hacer algo nuevo hay que tachar, volver a construir, rehacer, volver a empezar; partir de cero no es posible, partir de algo que ya no es, es más complejo, pero no imposible. Empezar a ser otro ser, una mujer que ya no es lo que fue, perder para ganar otro status o forma de ser o de estar o de relacionarse con el mundo. Un ser que cierra una herida y abre otras. Un ser que ha perdido algo de su esencia. Dejar un hueco para llenarlo. El amor que no se declara es y lo que es, es cierto, pero no menos cierto que la propia realidad que lo adorna, lo reinventa o lo cambia. El amor es y ya está. No tiene dobleces ni bordes ocultos. El amor es y ya está. Si lo tienes es verdad. La gran verdad que te acompaña desde que existe y es. No siempre se manifiesta con la misma intensidad. Pasa por momentos de oscuridad, no hay luz para hacerle brillar pero ahí está. Esperando a que se pose el rayo y salga a la luz para plantarse de cara y llenar tu vida. El amor es y estará siempre, una vez que viene para quedarse permanece y el desgaste natural o su propia degradación por los cambios estacionales no pueden hacerlo desaparecer. El amor es y será. Siempre está contigo. La luz que lo hace brillar flaquea. Hay que verlo en la oscuridad y aprender a reconocerlo con otros sentidos. El amor huele, sabe, suena, vibra, se puede tocar y canta. Solo hay que estar al acecho y atraparlo en los finos y sutiles hilos de la realidad. 

viernes, 6 de mayo de 2016

LA UTOPÍA DE LA AMISTAD



Hablando de espacios utópicos, puede que la amistad haya sido para mí el más importante durante la adolescencia y madurez. Me resigno a perder terreno de este espacio, pero los hechos y las experiencias hacen tambalear las paredes de la arquitectura de mis pensamientos. Encontrar nuevas palabras o conceptos para entendernos es vital. En el ocaso de la madurez, las estancias o habitaciones de la casa se van diluyendo, transformando o desapareciendo. La utopía de la amistad, de que existe un espacio, un lugar donde te encuentras feliz, digas lo que digas eres amada, no cuestionada, ya no sé si existe. Al contrario, existe ese total cuestionamiento que parece igualar en el simple hecho de replicar, pero que diluye límites naturales de las personas y empieza a no entenderse como un espacio de confort, de placer, sino de utilización para la mejora y competencia de la sociedad, polis o ciudadanía. Puede que el concepto ciudadano, al servicio de una polis, acabe con el concepto utópico de la amistad. En cuanto hay tratos de favor por supuesta condición de amistad, hay corrupción o favoritismo que hoy en día la polis no permite. Se resiente la arquitectura de la polis y se resienten las casas individuales. Todo está en crisis, en cuestionamiento. El ideal de un espacio utópico común, ese bien de la igualdad a mi modo de ver, donde se tienen que perder los valores de la diversidad, porque todos deben ser igualados, de acuerdo a criterios dominantes de la política dominante, o de grupos de personas abrazando unos mismos ideales o doctrinas o criterios de la polis (siguiendo a filósofos contemporáneos que interpretan a filósofos de la antigüedad clásica, de donde sale el concepto de polis, lugar público para hacer política, grupos de ciudadanos que deciden sobre el curso de las vidas). Y yo me pregunto dónde queda la utopía del pensar diferente, del hacer diferente,  del sentir diferente. Acaso sólo nos queda repensar nuevos escenarios utópicos (siempre compartidos entre personas) y para llegar a encontrarlos necesitamos de la amistad, esa situación inmaterial que se tiene, por convicción, o que se comparte porque se encuentran las personas amigas y crean ese espacio idílico de comprensión en la diversidad y de admiración por los amigos que te dan amistad (llámese cariño y apoyo incondicional), porque si no, no sería un espacio utópico de amistad, sería un toma y daca y eso ya solo es intercambio de mercancías, aunque están sean de bienes inmateriales. La amistad es un bien inmaterial. Las personas que van envejeciendo se encierran un poco a los espacios utópicos de amistad, espero que no sea algo irremediable. Yo confío y espero mantener mi espacio utópico de amistad y demostrarlo sin dilación a las verdaderas amistades que tengo y creo que todavía conservo. Siempre es bueno recordar que están y reforzar la arquitectura de la amistad.