La
cuarta página. El pensamiento vagabundo de Jordi Soler. 7-11-2013
“El arte más grande de todos es seguir
siendo uno mismo”. Pierre de Montaigne.
Cualquier cosa que le sucedía provocaba una
reflexión, una hipótesis, una sentencia, vivía concentrado en vivir para
después dar cuenta de ello por escrito, para alimentar su pensée vagabonde que
llevaba una sola dirección, la del ensayo que estaba escribiendo, o dictando,
porque como él mismo sentencio “quién quiere estar en todas partes no está en
ninguna”.
Tu
intelecto te incita a escribir para intentar atrapar una idea o pensamiento y
analizarlo minuciosamente para elaborar alguna conclusión de vida. Hoy, mi conclusión, después de leer a Jordi Soler en la maravillosa ventana al mundo de la cuarta
página de el diario El País, se me ocurre que bien hace la reflexión que te
lleva a interpretar el mundo que te rodea y poder adaptarte a él. Al ensayar
tus pensamientos en público la pretensión es cambiar un poco, impresionar o conmover
de alguna manera, serena, pacifica y sin cizalladuras, marcar tu espacio y
contribuir a la esfera de lo social.
Elaborar un discurso coherente, por escrito,
honesto y sincero no solo hace mejor a las personas, como individuos, sino a
los grupos pertenecientes a esa sociedad. Exponer tu propia esencia, añadir un
poco de lo tuyo a los demás y beber las mismas melodías proporciona bienestar. A
la contra, la presión, desde la esfera de lo social va siendo de tal magnitud
que la propia identidad es vapuleada, como canto rodado, al son de la
corriente. Las redes sociales, al igual que las manadas, van marcando los
ritmos y melodías de la vida. Así proliferan los sitios de publicación masivos
e interconectados porque, aunque estemos acompañados, seguimos estando tan aislados
que en vez de caminar con nuestros pensamientos caminamos también con el de
nuestra manada con la que nos sentimos seguros y arropados. Quizá, si sigo mi
reflexión de la mañana, llegaremos en un futuro cercano a perder nuestra identidad
a favor de la identidad social simplemente por adaptación a los medios.
Conservar la identidad personal y no permitir que se someta a la social es un trabajo diario y duro pero también muy satisfactorio. No se trata de albergar pretensiones de convencer al otro de nuestras posturas sino, simplemente, de no dejar de reconocernos a nosotros mismos.
ResponderEliminarMuy interesantes tanto tus reflexiones como las de Jordi Soler.
Nos vemos pronto.
Un beso
MYRIAM
Gracias amiga, un beso enorme por ser tú y apreciar a los demás
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