sábado, 3 de diciembre de 2011

SOBREVALORADOS


Antes de que se moldee nuestra mente nos adentramos, sin escrúpulo, en terrenos abstractos y faltos de objetividad a intentar demostrar que lo nuestro es real, cierto e inequívoco. Cada ser, sujeto a unas convicciones, en suspensión durante un buen lapso de tiempo; atrapados en un instante por sensibles células de nuestro cuerpo, en espacios de varias dimensiones, posibles vidas paralelas y distantes. Motor de cambio, pasos fulminantes hacia un abismo concreto y distante, marcado por trayectorias elípticas, seguras y variables, con regocijo decreciente.

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