lunes, 6 de junio de 2011

RELATO CORTO

CONTACTO

Hacerse mayor significa muchas cosas, sobre todo mirar atrás y darte cuenta de lo mucho que has vivido y de lo poco que te queda por vivir. Esta mañana, después de desayunar, me he lavado los dientes en el cuarto de aseo de mis hijos. Allí estaba, delante del espejo, mi imagen, vista por mis ojos, cansados, benévolos, y en cierto modo complacientes, mientras mis adultas manos agarraban el tubo de la pasta de dientes, deformado, exprimido y apachurrado. En aquel preciso instante me vino a la memoria mi padre, arreglando el tubo con sus manos de artista, casi de prestidigitador, obrando el milagro de volver el tubo a su forma, apretando, desde el final, para repartir la misteriosa y profiláctica sustancia, y dejarlo de nuevo, en su posición, a la espera de ser nuevamente cogido y exprimido por esas manos indiferentes, como las de sus hijos, como las de los míos; jóvenes manos que disfrutan extrayendo el máximo jugo a la vida, sin perder el tiempo en esos pequeños detalles que los mayores hacemos importantes.

1 comentario:

  1. Menuda madurez nos espera, querida amiga. Tenemos las sensibilidad a flor de piel. Sólo espero que tanta profundidad se plasme en las más diversas facetas artísticas, sea literatura, pintura, danza o, sencillamente, la propia amistad, que también es un arte. Un beso lleno de cariño.

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