sábado, 16 de octubre de 2010

MICRORRELATO

MICROHISTORIA DE UN NAUFRAGIO

¿Por qué para que unos disfruten otros lo deben pasar mal? Es pura elección o nos viene impuesto. La sociedad, el conjunto de valores, normas y principios por los cuales una sociedad se rige, la definen. Hemos construido entre todos una enorme maraña tan compleja como la mismísima molécula de ADN que contiene el código de la vida. Pienso en las estructuras vivientes, organizadas con fines concretos. La colmena, el hormiguero o la madriguera, son obras tan naturales como las ciudades y las sociedades que las soportan. Nada es al azar. Tenemos lo que hemos de tener o hemos conseguido algo que no pretendíamos. La educación, que conveniente es para realizar ciertos fines, en principio morales y positivos. Tengo mis serias dudas con respecto a cómo hemos organizado la vida humana por grupos, colectivos o por parejas. Siempre hay un dominador y un dominado. Igualdad de derechos y obligaciones. Una utopía de las que se pueden, personalmente, comprobar. Aceptación por convencimiento, por principios o por obligación. La perspectiva del tiempo no es tan buen aliado. Cada momento de la vida que nos toca vivir es tan diferente, y luchamos por mantener o sostener las estructuras a toda costa, a pesar de nuestro desgaste físico y emocional. Casi 48 años, cercana la crisis de los 50, por redondear.

Un día cualquiera vas al mercado, las personas te aceptan inmediatamente o te rechazan simplemente por tu fisonomía. Te pueden hacer sentirte bien o por el contrario contribuyen a un infinitesimal de tu propio desencanto en un momento en el que eres tan consciente de la cuesta abajo que no puedes agarrarte a ningún paso o escalón. La vida es como una escalera, subes y bajas, llegas y vuelves, naces y mueres, ida y vuelta, pero no te resignas a comprender numerosos porqués que se apelotonan a las puertas de tu cerebro, cansado y casi lleno de experiencias y conocimientos.

Otro día esperas a que el milagro ocurra, a que alguien te tienda una mano amiga, pero sabes que ese ser está, objetivamente hablando, peor que tú, pero tú estas en tu cuerpo y no en el del otro ser. Somos sujetos, no objetos. Somos subjetivos, nunca objetivos. Las relaciones intersubjetivas guían nuestras acciones comunitarias. Cuando te sales de la red eres un poco más consciente del objeto creado entre todos los seres humanos y bajo tú perspectiva de sujeto te alejas para buscar la estética del objeto creado y como artista, rebelde, inconformista o sujeto reclamas tu derecho a crear tu propia obra, no seguir el diseño estructurado por otros, y en momentos históricos diferentes. Así están los “conservadores”, que quieren cristalizar y solidificar esa creación, y los “progresistas” que la quieren licuar y volver a cristalizar con otra simetría, y ponen en tela de juicio lo antiguo o anterior. En ese momento, eres socialmente un ser tachado de egoísta. A mi me gustaría inventar otra palabra que puede que nos defina con mayor exactitud o claridad.

2 comentarios:

  1. Princesa:
    Siempre es un placer ser testigo de tus reflexiones, las orales y las escritas. Por suerte, tienes una cabeza llena de ideas que bullen sin cesar y un corazón pleno de buenos sentimientos que no cesas de regalar a quienes más quieres. Yo me siento querida por ti. Me encanta que seas tan activa, tan inquieta, que no quieras pasar por esta vida como una sombra, que emitas una luz propia, distinta, la luz de Maite.

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  2. Gracias Myriam, por apreciar lo que las palabras esconden y reconocer los destellos luminosos en los demás.
    De sol a sol
    Besos

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