sábado, 18 de diciembre de 2010

NADA QUE DECIR

Las ideas no aparecen cuando uno quiere, surjen en instantes mágicos del día y la noche. Quizá hay que estar atento a sus señales y cuando irrumpen no dejarlas pasar. Hay momentos de la vida en los que las ideas fluyen y se solapan haciendo difícil discernir con cúal de ellas nos quedamos. Sin embargo, otros están llenos de ecos estancados en la caja de resonancias.

Estoy convencida de que la inspiración depende mucho del estado anímico. Tanto en los momentos de euforía, como de calma, pueden aflorar sentimientos que asociamos a ideas y traducimos a pensamientos para llegar a comprenderlos, e incluso en momentos que podríamos denominar neutros, cuando caminamos con una intención o rumbo predeterminado, aparece un pensamiento muy claro: la idea.

Hay que aprender a reconocer y captar las señales de nuestro mundo interior y no perder la oportunidad para su expresión. Es la forma en la que hemos evolucionado culturalmente.
Maite

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