jueves, 16 de junio de 2016

FIN DE CURSO



Las relaciones entre el estudiante y el maestro están cambiando. El maestro es un recurso, sobre todo humano, y las relaciones humanas cobran mucho interés y están detrás del éxito o fracaso de los objetivos educativos. El tramo de la enseñanza secundaria es complejo en cuanto al desarrollo y madurez y, los problemas afectivos de rechazo o estima, están detrás de muchos, por no decir todos, los conflictos en la escuela. El equilibrio en las relaciones es muy complicado. Inclinar la balanza hacia uno u otro lado puede ser un error. Mantener una buena relación con tus alumnos es fundamental pero cuando llega la hora de poner una nota de su progreso, el maestro sufre una especie de “acoso mental” que le afecta a la hora de tomar las decisiones más justas y adecuadas. Es difícil ser ecuánime, porque cada situación de cada estudiante es muy concreta y, cada estudiante, único.  La comparación que se establece como primer nivel de análisis es falaz. Estamos acorralados por todas partes y el juicio se convierte en una batalla de la cual hay que salir siempre airoso. Cada suspenso es un fracaso mutuo, del alumno y del profesor. Las causas pueden ser externas a este microcosmos pero la realidad es implacable. Se juzga, a unos y otros, por los resultados académicos. La parte humana, de trabajo y lucha que no se ve o no se puede contabilizar en números queda aparentemente fuera del análisis. Aunque, en el fondo, hay toda una serie de habilidades en los adolescentes que les hacen manifestar sus desacuerdos y estallan en tempestades emocionales que impiden o favorecen determinadas situaciones. Con toda esta marea hay que tratar de gestionar y separar el grano de la paja, y esta es una habilidad que se adquiere en la práctica, con la experiencia. A pesar de los años es una dura batalla. El final de curso quita el sueño y lo malo es que el curso que viene volvemos a padecer lo mismo, si bien cambian los personajes, la historia es la misma, pero tú ya no eres el mismo, más mayor, cansado y dolorido de las injusticias o del mal hacer, de las malas prácticas que no puedes cambiar porque se requiere más tiempo y nuevos estilos generacionales para que toda una parte del todo educacional cambie y así haya una mejora de la actividad docente y sea reconocido como tal en los anales de la escuela. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario