martes, 1 de septiembre de 2015

SERIE RELATOS DE VERANO


LA HABITACION VACÍA

-Vas a estar en la gloria en cuanto nos vayamos- anunció Miranda a su cuñada Celeste. No sabía que acababa de pronunciar la temida sentencia de soledad que tanto angustiaba a Celeste. Tenía 55 años y casi todo resuelto en su vida. Se había dedicado en cuerpo y alma a su familia, incluso sin descuidar a la política. Les despidió con un adiós de mano y se escondió en su casa como el sol se oculta en el horizonte. 

Pasaban las horas y ya se iba habituando a no oír ni ver a ser humano a su alrededor. Eran las 12:30 y se puso a barrer la habitación de sus hijas, adolescentes despreocupadas por el orden pero muy cuidadosas por su aspecto físico. Le dieron las 13:30 intentando recobrar el aspecto de una habitación limpia y ordenada, con el ánimo de dejarla como si alguien estuviese sin estarlo.  La sensación de entrar a una estancia donde ya no va a estar ocupada por alguien es rara, como la de un presente sin futuro. Celeste ya veía el mundo a través de cristales opacos. Su vida dejaba de tener sentido incluso para ella misma. Se fue a la cama, leyó un rato y las voces de la cantina de la estación no le dejaban concentrarse en la narración. Abandonó la lectura, busco la postura adecuada para conciliar el sueño y lo ultimo que escuchó fue el sonido de un animal en el tejado, quizá un pájaro que también sueña con su familia, que ya no regresara más que de visita o por necesidad. 

4 comentarios:

  1. Uff, Maite. ¡Qué duro! Ni divertido, ni interesante, ni guay. Intenso y lleno de sentimiento lo calificaría yo.

    Espero que pronto recuperes el tono. Seguro que tus pájaros vuelven al nido por más razones que la necesidad o la mera visita.

    Besos mil

    MYRIAM

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  2. Hola mi querida Myriam, no te preocupes no soy yo es la ficción. Estoy trabajando mi linea narrativa, donde cualquier cosa puede ser objeto de relato. Un beso enorme

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  3. Buenaaass, querida Maite.
    Tiempo ha....
    Pues me gusta esa línea narrativa, amén de tus "ficciones" ... profunda, muy profunda.

    Quiero y deseo oler un buen café compartido.

    Un beso.

    Juan Luis

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  4. Hola Juan Luis, qué alegría, cuánto tiempo sin saber de ti. Cualquier día un café coincidiendo con alguna exposición tuya de fotografía. Avísame cuando quieras
    Muchas gracias por tu comentario,
    besos

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