Uno de los mayores placeres de la vida es conversar con una persona que te valora, te quiere y te comprende. Diríamos que eso seria tener un desayuno con tu amante o pareja o marido o mujer. Pero esto puede ocurrir, si bien pocas veces, con algunas personas, tus amigas o amigos. Hablar casi a la vez, respondernos al unísono y no montar las palabras es posible cuando hay una verdadera empatía. Rodearte de un ambiente placentero, unas buenas tostadas y una amiga de las de verdad, convierte al desayuno en la actividad más saludable, emocionalmente hablando y más digestiva, para comenzar un buen día. Un día soleado, azul y límpido, como los ojos de la amiga, iluminan la mañana y un chorro de felicidad corre por tus venas. Endorfinas liberadas por la conversación en un auténtico desayuno saludable. Desayuno con mi querida amiga Chus, una gema en bruto, sin tallar, al natural, con todo su valor original y genuino, un desayuno con diamantes.
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