Mañana comienza un nuevo
trimestre escolar. Un nuevo reto para cada docente que dedica su tiempo con maestría
y aprendizaje a formar ciudadanos dignos para vivir en la sociedad. Una nueva
singladura llena de interrogantes sobre los pasos y barreras que tendrán que
esquivar, saltar, lidiar o incluso romper, restaurando las conciencias en cada
balance establecido. Cada instante ganado a la vida cobra forma de pasado.
Avanzar sin mirar atrás es de necios porque somos resultado de nuestras
experiencias pasadas y, faltos de herramientas futuras, nos sorprendemos a
nosotros mismos mirando otras realidades que aunque difíciles de arreglar a
corto plazo acaban por resolverse solas como cualquier fluido se diluye en la
mezcla. Hemos conseguido lo que teníamos recetado: aprobados.
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