jueves, 10 de diciembre de 2009

Cómo pensamos

No sólo tenemos memoria visual con imágenes; acústica con ¿sonidos?; olfativa y gustativa,de olores y sabores, sino que además tenemos la capacidad de percibir nuevos e identificarlos. Somos capaces de sentir emociones, como el amor, la tristeza, la euforia, el placer, dolor,...,y muchas otras sensaciones que pueden ser simuladas en parte por nuestro cerebro o percibidas de los demás por empatía.

La memoría a corto plazo es limitada y a largo plazo también. Tendremos un cierto espacio para el almacén. La forma en que se estructura nuestro cerebro permite una mayor eficiencia para el archivo.

Cuando nos referimos a pensar cómo el acto de resolver un problema o al acto de hablar con nosotros mismos, tenemos todo este conjunto de archivos en nuestra mente. No cabe duda de que al desarrollo fisiológico normal de una persona, se le añade, la cultura y el entorno en el que se va forjando su personalidad; y con un contexto lingüístico, propio de sus limitaciones físicas, que cobra importancia y es un acompañante inseparable, y vehículo para traducir nuestros archivos: recuerdos, sensaciones, pensamientos, tanto conscientes como inconscientes. Casi se podría decir que el lenguaje y el pensamiento van tan unidos que es muy difícil separarlos o al menos a mentes como la mía tan habladoras consigo mismas y con los demás. Aquí queda mi reflexión de hoy.

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