martes, 24 de octubre de 2017

GRIS LIVERPOOL


Todos los días, a las 12:33, sentada frente a la gran ventana, escribía sus notas dando armónicos mordiscos a su ración de  fruta, a veces un plátano, otras una manzana y, muchas veces, una sencilla mandarina, ..., ansiando que el joven que estaba en la mesa entablara alguna conversación, en la zona que la academia de ingles tenía asignada para tal intercambio. Ya nadie parecía querer hablar con ella, ni tan siquiera dedicarle una sencilla sonrisa. Hoy, un día gris en Liverpool, casi apagado, transmitía deseos inalcanzables, inútiles. No pretendía nunca estar sola, aunque tenía una extraña habilidad para espantar a algunas personas, hacer temblar los muros de la insensatez en la que muchas personas se esconden y piensan, aparentemente, más en los derechos de los demás que en los suyos propios (aunque rápidamente son puestos en evidencia por algún comentario poco acostumbrado a sus oídos. En verdad, parece como si solo estuvieran dispuestos a escuchar aquello que decorase sus oídos. No les gustaba que les llevaran la contraria y se ocultaban en sus falsos disfraces de amabilidad sobreactuada).
Liverpool estaba gris y la miraba desde fuera por el gran ósculo de la verdad, invitándola a perderse en sus tejados, a descubrir la verdadera magia que se manifestaba en las afiladas torres y disimulaba sus batallas con cúpulas grandilocuentes, mostrando los más preciados legados de sus ancestros moradores. Un dragón alado se alzaba orgulloso en medio de los edificios modernos con tejados de pizarra envejecidos por el tiempo y paredes de ladrillo rojo quemados por humos de antiguos rituales. 
 El joven seguía sin levantar la cabeza de los apuntes y esta vez portaba unos cascos negros y pequeños. El día seguía gris pero rompió a llover. La actividad en bici por el puerto se suspendió y ella se quedó de nuevo en la absoluta soledad. Algún tipo de embrujo estaría marcando su pulso en la gris ciudad de Liverpool.

2 comentarios:

  1. Me encanta, Maite. Es totalmente reconocible.

    Ya sabes que, si yo estuviera en la mesa de al lado, hubiera entablado conversación con esa mujer de inmediato.

    Demasiado ciego suelto por el mundo...

    Besos de luz isleña.

    MYRIAM

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  2. Ja,ja,ja me encanta.
    Puedo mover sentimientos . 😜

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