lunes, 31 de diciembre de 2012

Son las 22:50 hora canaria. Llueve en la plaza de España, aquí no. Las uvas esperan en el poyo de la cocina. Son 12 para despedir el 2012. Resuenan las campanas en el eco del recuerdo, un gon una uva, un año más, una arruga. Dichas y desdichas, lentejuelas que caen a la baldosa, blanca, negras y brillantes, del traje de la doncella, no se ve bella aunque lo sea. Quedan dos minutos para que vuelvan a sonar, laten los corazones, llenos de sueños y bellos deseos, de ser mejores, de vivir mejor. Los cuartos se acercan, gritos de emoción, son las campanadas que anuncian el nuevo año. Felicidades, mundo.

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