jueves, 27 de enero de 2011

ENSAYO SOBRE LAS “CRISIS"

El conocimiento ya no está en manos de unos pocos. Hoy en día todo el mundo tiene acceso a él y se puede forjar una opinión más o menos contrastable, aparentemente, entre sus formas de pensar y de ver la realidad, con el conocimiento estandarizado, culturalmente aceptado.
Esto tiene una vertiente problemática y generadora de más incertidumbre (riesgos no cuantificables o medibles); la capacidad humana para predecir y prevenir es limitada.
Si todos contribuimos con nuestras ideas a arreglar cuestiones complejas, no sólo se produce más complejidad sino multitud de visiones que no ayudan a resolver el problema, nos perdemos intentando tener la razón o llevar el “ascua a nuestra sardina”. Entonces es cuando decimos que estamos en crisis, en contraposición a una situación más cómoda, estable y tranquila. ¿Crisis económica, financiera, política, ética, moral, de valores?. Para más tranquilidad buscamos cómplices, colegas en la red, grupos que se aproximan a nuestras causas, que no visiones, y nos sentimos más fuertes como en la manada.
Hemos conseguido compartir la toma de decisiones, de criterios y pelearnos de una forma pacífica mediante distintos discursos con base política, explícita o no. Sin embargo seguimos echándole la culpa a entes de mayor envergadura que nos dirigen y a modo de marionetas mueven nuestros hilos. ¿No somos todos un poco parte del todo?.
Nos queda la posición diminuta, casi atómica y personal de adoptar una serie de creencias que nos hacen seguir manteniendo nuestros principios: igualdad y libertad, es decir libertad en igualdad de condiciones. Que ironía. Para llegar a tener una sociedad más justa, equilibrada y tranquila ¿que podemos hacer? ¿preparar mejores mentes pensantes, para que luego nos dirijan, o pensar entre todos cómo la queremos y decidir cuál de todas las opciones es la mejor?. Esta parece la más lógica y la que supuestamente tenemos, en teoría.
Siempre nos quedan las frases de consuelo como que hay que reinventar la política, (será políticamente incorrecto decirlo) o que hay que inventar nuevos valores, o ¿ya están todos inventados?. Yo me inclino por vivir en la complejidad de los sistemas, aceptarlo y esperar a que las aguas vuelvan a su ser no como antes de otra forma pero tan estable y tranquila como una verdadera época sin crisis, aunque mucho me temo que es casi imposible, de eso se encarga el tiempo, los genes humanos y el entorno.

martes, 25 de enero de 2011

LA ILUSIÓN (21-12-2010)

Mañana es el día,
¡Qué emoción!
¿Sonará la flauta?
¿Por qué no?.

A lo mejor lo consigo
Y mi cuento es elegido,
De entre todos,
el mejor.

¡Buena suerte! y
buena mañana,
¡ah! y el que juegue a la lotería,
(que yo no),
reciba a cambio,
el doble, el triple
o mil veces lo que apostó.

CUMPLIDO

El 24 de enero nació,
no sé en qué momento pero sí dónde:
El norte de Castilla la alumbró,
Región montañesa, por excelencia,
Llamada Reinosa.

Podría ser de origen celta,
Parecía foránea,
Guapa, robusta, elegante, sensible….
Era mi madre.

Conoció la guerra,
Vivió la posguerra,
Se casó con mi padre,
Bohemio sin nave
Patrón de aventuras.

Sus cuadros, sus hijos,
esperanzas e ilusiones,
Cumplidas con esa mujer,
Enigmática y distante,
Su mejor conquista.

sábado, 22 de enero de 2011

SE ACERCA

Nos pasamos la vida aparentemente tomado decisiones, o eso nos hacen creer, pero en realidad muchas cuestiones vienen casi dadas y asociadas a nuestros momentos vitales. Nosotros no podemos elegir cuándo ser jóvenes o cuándo dejar de serlo, o quizá sí podemos dejar de comportarnos como jóvenes. La clásica separación mente y cuerpo es una metáfora que ayuda a comprendernos, aunque no exista como tal. El cuerpo envejece al igual que el cerebro, “nuestra mente pensante”, y aunque se pueden borrar o mitigar las huellas del paso del tiempo, nos delatan y nos hacen ser un poco más conscientes.

Los valores asociados con “estar joven”, “sentirse joven” o “vivir como un joven” imperan totalmente en nuestra cultura. Lo malo es cuando te das cuenta que ya no perteneces a ese status maravilloso, donde todo es aparentemente fresco, nuevo, vivo, rápido e intenso y se convierte en pasado, viejo, marchito y lento, y pasan a ser auténticos recuerdos.

De nuevo te toca acomodar tu mente a tu cuerpo o tu cuerpo a tu mente, tomar esa superconciencia de los “yo” que habitan en nuestra mente, atropellados pensamientos contradictorios que mandan mensajes de tranquilidad, sosiego, serenidad, al tiempo que otros más reivindicativos, críticos, desenfadados y frescales. Llegar a un consenso, una “paz” interior, mientras los días son luminosos o grises, alegres o tristes, fríos o cálidos, duros o agradables, dulces o amargos, secos o húmedos, …, próximos o distantes.

La primavera, el verano, el otoño y el invierno reflejan los cambios estacionales. Los ciclos lunares, a la mujer, el calendario laboral, al año y por qué no al hombre y a la mujer. Los ciclos de cambio político, cuatro años. ¿Por qué?. ¿Existirá alguna causa biológica? ¿Algún periodo de renovación tisular que se corresponda, a nivel neuronal, con la capacidad para tolerar?. ¿ Cuál es el periodo medio de vida de las parejas enamoradas?. Seguro que también tiene fecha de caducidad.

La idea de inmortalidad se puede ver en la propia vida, y a nivel de genes. A nivel celular si falla la apoptosis aparece el cáncer. Extraña dualidad, la inmortalidad de sus células nos mata.
Ponerse tan serio o “tan consciente” no está indicado. Acercarse a este grado de conciencia es hacerse maduro, sereno, apacible y un poco distante con esos “yo” más jóvenes, inconscientes de sus limitaciones y felices por ver la vida en clave de juego, experiencias y aventura. Vivimos en la cultura del ocio, eternamente jóvenes, eternamente inconscientes y alejados de la realidad.

miércoles, 19 de enero de 2011

LA ETERNA POLÉMICA

Mujeres y hombres tienen distinta anatomía cerebral, pero igual inteligencia. Los jóvenes tienen una tendencia mayor a la instrumentalización y las chicas a una mayor expresividad. Dicho de otros modo, los hombres tienden más a poner su personalidad, su forma de ser, al servicio de un objetivo; mientras que las mujeres dan más valor a la expresión de emociones, a la comunicación, por su propio valor más que por servir para un objetivo.

Estas aseveraciones están recogidas en un artículo de El País, del 6-1-2011, donde algunos expertos como Roberto Colom, catedrático de Psicología, Richard Haier y Melissa Hines comentan los últimos avances en neurociencias e inteligencia. Según Haier, en los experimentos de estimulación intelectual, las áreas en las que se observa un aumento de materia gris son las relacionadas con funciones básicas: el aprendizaje, la memoria, la atención. En los hombres hay una relación estrecha entre la materia gris en el lóbulo parietal y la inteligencia, y en las mujeres la relación es respecto al lóbulo frontal.

Cordelia Fine en su libro “Delusions of gender” se muestra muy crítica con las teorías neurosexistas, aquellas que se empeñan en buscar el origen de las diferencias en términos de inteligencia.

Somos una misma especie con dimorfismo sexual, diferentes sexos, diferentes cerebros pero con potencialidad para el aprendizaje según las posibilidades, motivaciones e intereses. La diferencia de roles o funciones, en un principio, podrían enmascarar la respuesta , pero hoy en día están menos diferenciados y las oportunidades para demostrar lo que somos capaces “unos” y “otras” van siendo mayores. ¿Por qué ocupan los puestos de poder o alcanzan antes la fama ?. ¿Cuántos cocineros famosos hay y cuántas buenas cocineras permanecen en el anonimato?. Ellas en la cocina se relacionan, reparten tareas y hablan. Ellos se disponen sólos ante el objetivo, plato especial -que suele ser paella- ¿ Será que las mujeres que tienen detrás les ayudan?. Y si no que nos lo digan a todas las mujeres que hemos criado a nuestros hijos, con o sin ayuda de la pareja, o de otras mujeres, trabajadoras del hogar, o miembros de la familia, abuelas, normalmente.

Cuando la proporción de hombres que asuman los trabajos de las mujeres, como son los domésticos por excelencia, - el cuidado y educación de los hijos- sea mayor o igual, quizás veremos la igualdad. Las mujeres ya lo hemos hecho accediendo por fin al mundo laboral, y unas pocas han renunciado a su papel protector en aras de elevar nuestro género femenino, pero muchas se sienten incómodas por faltar o no estar en ese papel. Supongo que es el papel que mejor hacemos, porque llevamos mucho tiempo haciéndolo, aunque todo es cuestión de tiempo, dedicación, interés y necesidad.

Gracias a mujeres y hombres que se dedican a la investigación podemos vernos como sujetos iguales y no como simples objetos o instrumentos del varón, salidos, para más colmo, de la famosa costilla de Adán.

Maite

domingo, 9 de enero de 2011

Libertad o igualdad

Cuando uno lee un artículo y ve reflejado en él algunas de sus convicciones y opiniones se produce un efecto placebo, un sutil instante de felicidad por ser comprendido, aunque sea desde el anonimato y por personas desconocidas. Leyendo "la gran metáfora", de Fernando Vallespín, publicado en El País del 7 de enero de 2011, goce al compartir pensamientos comunes.
Se refiere a la “tiranía de la mayoría” y cita a Alexis de Tocqueville (1805-1859, jurista, político e historiador francés, considerado el precursor de la sociología clásica), y escribe: “Y la consecuencia es la presión hacia la conformidad, con las decisiones de los muchos, la anulación del juicio individual diferente, la homogeneización de los gustos y la imposibilidad de imaginar algo distinto de lo dado, de lo que se nos ofrece como normal”.
Sigue diciendo: “Tampoco cabe confiar demasiado en el sistema educativo como factor de resistencia y como esperanza en un cambio de tendencia. Entre otras cosas porque hoy los valores, el conocimiento y la visión general de la realidad nos los transmiten sobre todo los medios de comunicación.”
Termina diciendo: “La distracción acaba predominando también aquí sobre el esfuerzo, el esfuerzo de pensar. Y la creación de individuos autónomos y críticos con capacidad para resistirse a las pulsiones de la masa se convierte en un recurso más escaso cada vez.”
Si estás palabras me han hecho mella es por la alusión a la educación. Yo espero, confío y creo que a largo plazo si se pueden cambiar tendencias, lo malo es que uno no vive para verlas.
Maite